Sobre el botellón
Últimamente no se deja de hablar de ello. ¿Pero qué nos pasa? Me parece increíble que con todas las cosas por las que hay que manifestarse (empleo, vivienda...) se haya elegido esta. Me revienta cada vez que alguien dice "tenemos derecho a hacer botellón", ¿qué entiende por derecho? Y no me parece tan mal la postura de quienes al menos dicen que lo que pretenden es conseguir una mejor oferta de ocio para los jóvenes, un espacio grande donde celebrar conciertos o que las bebidas estén más baratas. Pero de ahí a quedar sólo para emborracharse y dejar luego todo peor que un vertedero no, por ahí no paso. En fin, así nos ganamos la fama que tenemos. Y mientras en Francia manifestándose por el empleo de los jóvenes. Más nos valdría aprender.
Los chinos creen que cuando una situación se desarrolla hasta su extremo, está dado que luego se dará la vuelta y se transformará en lo opuesto. Esta creencia básica les ha dado valentía y perseverancia en tiempos de calamidades y los ha hecho cuidadosos y modestos en tiempos de éxtios.
El tiempo es a veces traicionero. Pasa a tu lado, por encima, debajo y a través de ti, tratando que no te des cuenta de su transcurso. Es tan subjetivo... y tan imposible de controlar. Los momentos que se hacen eternos, o los que te gustaría que lo fueran pero no lo son. Qué estupendo poder ése de congelar y acelerar el tiempo a tu gusto. Estos dos últimos meses han pasado sin apenas darme cuenta. Casi he vivido una cuarta parte de mi vida, eso suponiendo que llegue a los ochenta años, claro; y sólo de pensarlo me ha entrado un agobio similar al que siento cuando tengo un examen al día siguiente y voy mal de tiempo. Y es que me quedan tantas, tantas cosas por hacer... Cómo envidio a la amiga que dijo "...me dedico a vivir..."
El pasado sábado 3 de abril murió el Papa Juan Pablo II. Por un lado, siento tristeza debido a su fallecimiento, pero por otro lado creo que hay que alegrarse ya que seguro que ahora es feliz por estar junto a Dios y, al menos, ha acabado su sufrimiento por enfermedad, era lamentable el estado en que tenía que seguir cumpliendo su función. Lo que más me preocupa en estos momentos es el futuro de la Iglesia, cómo será su sucesor. Espero, aunque lo veo difícil, que sea un Papa que sepa ajustarse a la sociedad actual, defienda la paz, la tolerancia, la igualdad, la libertad, la justicia, el feminismo (porque, lamento que sea así, pero hay una actitud bastante androcentrista en la Iglesia). Tomar verdaderamente el ejemplo de Jesús: ayudar a los más necesitados y amar al prójimo.
No sé que * le pasa al mundo, o qué me pasa a mí, porque vuelvo a ver todo mal, desencajado, sin sentido. Repito "joder" demasiadas veces; cabreada, rabiosa y triste. ¿Por qué??? Puede ser la primavera, que se supone que aumenta las depresiones, o la puta regla, o este dolor de cabeza, o la mierda de pelo que me dejó la peluquera el otro día, o todo lo que se ve en la tele y lo que se lee en los periódicos; o todo a la vez. O el mundo está hecho un caos o soy yo la que no encaja, o las dos cosas al mismo tiempo. Allí, catástrofes, pobreza, hambre, enfermedades, explotación. Aquí, violencia, telebasura, pegados a la tele viendo programas que venden la vida de otra gente, culto al cuerpo, dietas, anorexia, cirugía estética, cremas, sociedad de consumo, música que no es música, fracaso escolar, capitalismo, hipocresía. Destrucción del medio ambiente. ¿Nos tienen engañados? ¿Nos manejan como a marionetas? Enseñándonos sólo lo que se nos permite ver, llevándonos por un camino marcado, una venda en los ojos, haz esto así y si en algún momento no te gusta, que no se te ocurra tratar de cambiarlo. Joder. No entiendo nada. ¿Qué hago?
Queridos papás:
Porque a pesar de todo, en el camino de vuelta hay esparcidos por el suelo trocitos de corcho blanco, que al levantarse viento, se mueven guiando tus pasos, bajo la luz de la Luna. Y se crea un instante mágico, dedicado especialmente para ti, y respiras profundo. Y al llegar a casa, te sorprenden con Imagine de John Lennon, dibujándote una sonrisa.
Hoy estoy contenta y me he dado cuenta que los motivos son los más cotidianos del mundo, aunque creo que es normal, porque lo más importante al fin y al cabo son las pequeñas cosas que ocurren día a día, ¿no?: encontrar el regalo de cumpleaños perfecto para mi hermana, enviar una carta a una amiga que vive a miles de kilómetros de aquí, charlar con mis nuevos amigos de la facultad, escuchar esa canción que me sumerge en la ingravidez y me hace flotar...