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En estado de flujo

En estado de flujo 7 de marzo, Santa Felicidad, no podría ser un día más apropiado para ello.
He ido al cole, todo ha ido MUY BIEN, se podría decir que son mis primeros alumnos. Estado de flujo es la motivación constante por todo, estar tan a gusto haciendo algo que ni te das cuenta del paso del tiempo ni de ninguna otra cosa; pues así me he encontrado, en un estado de flujo y acordándome de ellos todo el día. Espero poder ayudarles y que me recuerden como una buena maestra.

Autobús en la noche

Autobús en la noche Me gusta la vuelta a casa en autobús, cuando está medio vacío y tengo un asiento junto a la ventana. Se ven las calles en la noche, iluminadas por las luces de farolas, tiendas, edificios... la gente. Y son imágenes en movimiento, pero sin sonido (porque el bus te aísla del ruido)... y creo que así se disfruta más. Después, al bajar, paseo con tranquilidad, sintiendo la noche, el frío, mis pies pisando el suelo... y miro la Luna, que es mi compañía.

Donostia

Donostia Hace ya tiempo que he vuelto. La verdad es que he echado un vistazo a lo que hay en el blog hasta ahora y no estoy satisfecha; la pereza me vence y la inspiración me rehuye. Después de mi maravillosa semana en Asturias y la deprimente vuelta, he pasado dos semanas en la bella Donostia, con su Semana Grande incluida. Pero de nuevo aquí, con la presión de que se acaba la buena vida y bastante perdida por lo que va a venir ahora.

Me voy!!!

Me voy!!! El lunes me marcho de vacaciones con mis amigas, así que estaré sin escribir durante un tiempo. Bueno, así cuando vuelva tendré muchas cosas que contar. De nuevo voy a ver el Elogio del horizonte!! Hasta pronto :)

Jueves (8 de julio de 2004) - Día en el parque

Jueves (8 de julio de 2004) - Día en el parque Hoy he pasado el día en el parque con dos amigas. Nos hemos llevado bocadillos para comer y hemos tomado el sol, intentado (en vano) acabar con la blancura que nos caracteriza, pero lo único que he conseguido ha sido un color rojo-cangrejo, así que he vuelto peor que como me había ido. Lo cierto es que lo he pasado muy bien, sobre todo teniendo en cuenta que la semana había comenzado siendo horrible. Mientras planeábamos nuestro muy deseado viaje a Asturias ha sonado mi móvil: me llamaban para decirme que había ganado un concurso para ir a Madrid al concierto de Avril Lavigne (increíble! por fin me ha tocado algo!!). Después de esto hemos hecho un extraño ritual para que también les sonriese la suerte a mis amigas y sorprendentemente ha funcionado, pues poco después el teléfono de Margarita-blanca (Luisa) emitía su particular sonido medieval y tras esto han llamado a Tulipán (Laura). Nos hemos puesto contentísimas porque, aunque no es un concierto que nos apasione, seguro que lo pasamos bien y, al menos, saldremos de la rutina de estar todos los días en esta ciudad.

Sábado (10 de julio de 2004) - La estación

Sábado (10 de julio de 2004) - La estación Cada vez estamos más cerca. Ayer fuimos a la estación a comprar los billetes que dentro de una semana nos llevaran a Gijón (qué ganas...)

Viernes (9 de julio de 2004) - Concierto

Viernes (9 de julio de 2004) - Concierto A las tres menos cuatro estábamos en la puerta de la radio, donde esperamos el autobús. Entonces comprendimos que nos hubiese tocado el viaje a las tres, porque se suponía que había 50 ganadores, pero fuimos menos de 40. El viaje se hizo un poco largo (tardamos cuatro horas) y por fin llegamos, a las siete y media. Por suerte no tuvimos que esperar toda la fila, sino que entramos por la puerta de invitados (nunca pensé que yo fuera a tener un pase VIP). El concierto comenzó a las ocho y media con la Quinta estación, que no me gustó nada. A las nueve y media actuaron Pereza, que estuvieron geniales; ya imaginaba que me gustaría, pues la canciones estaban bastante bien y además fueron muy majos, así que fue divertido. A las once apareció Avril Lavigne y su actuación sólo duró cincuenta minutos, pero estuvo bien porque cantó mis canciones preferidas. A las doce y media estábamos de nuevo en el autobús, casi todos dormidos hasta que llegamos de vuelta, otras cuatro horas después.