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Las flechas doradas de Cupido

Las flechas doradas de Cupido Laura subía al metro. El vagón estaba vacío, tomó asiento y siguió leyendo. Al rato entró él. Laura notaba una mirada fija y levantó la vista. Normalmente no la hubiese mantenido, pero sintió algo especial, así que de esta manera permanecieron durante unos segundos, mirándose el uno al otro. Entonces él se sentó a su lado y empezaron a hablar. Y de repente le da un beso, de los de película... después dice: "mi parada". Laura está bloqueada y lo ve marcharse sin decir ni una palabra. En otro momento hubiese reaccionado: "¿Cómo que tu parada? Tu teléfono!!!". Ahora Laura no se lo puede quitar de la cabeza, y eso que no creía en los flechazos... Y cada día va a tratar de encontrarlo de nuevo...

Basado en hechos reales

Valor para amar o al menos para dar el primer paso

A ese chico del 38

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